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Rally in Solidarity with the People of Honduras Organized by the Latin-American Solidarity Network

sábado, 26 de abril de 2008

EL PANORAMA ALIMENTARIO MUNDIAL EN UNA ENCRUCIJADA

Por Ricardo García Jiménez

Hoy ha más de 8 años de haber iniciado el nuevo milenio, el panorama alimentario en el planeta se encuentra en una encrucijada.

Las grandes corporaciones automotrices, ante el escás de los productos derivados del petróleo, imponen demandas insostenibles a las cerca 1,600 millones de hectáreas de suelos cultivables. Los dueños del dinero exigen a la superficie terrestre que produzca los alimentos suficientes para una población cercana a los 6 mil millones de personas. Además se exige a estas mismas áreas la producción de los granos para la fabricación de los llamados biocombustibles, producción que se busca realizarla de una manera que sea ambientalmente sana, preservando la biodiversidad y disminuyendo la emisión de gases de invernadero. Todas estas presiones han desencadenando una serie de crisis en todos los niveles del sistema alimentario global, el cual ha comenzado a dar señales alarmantes que se ven en constantes protestas callejeras por la escasez de alimentos en muchos países de Asia y África.

Lo anteriormente señalado viene asociado a la creciente escases de tierras cultivables. Si consideramos que la distribución mundial de tierra para el cultivo de ciertas semillas y granos se da en las siguientes proporciones: 1.6 mil millón hectáreas para cereales, 0.8 mil millón hectáreas para raíces y tubérculos, 0.7 mil millón para cultivos de aceite y 0.4 mil millón hectáreas para azúcar; el panorama del difícil alimentario se presenta desesperante.

De hecho, en reportes y comunicados de prensa desplegados en los sitios electrónicos de la Global Agro-Ecological Zones y la FAO advierten que hay 30 países al filo de la inestabilidad social por la carencia y el precio de los alimentos que raya en la exageración. La presenten crisis alimentaria amenaza la seguridad de millones de personas, ello como resultado del modelo industrial de la agricultura para explotar estas zonas destinadas al tipo de producción de cereales, que no solo es peligrosamente desgastante para los suelos, sino que han transformado los ciclos agrícolas añadido a un efecto recursivo que trastoca los entornos ecológicos de la biosfera terrestre.

Las crecientes presiones sobre las áreas agrícolas están minando la capacidad de la naturaleza para suplir las demandas que la humanidad tiene en cuanto a alimentos, fibras y energía. La tragedia que se vislumbra para la población humana hace que la dependencia que se tenía a los ciclos del agua, las polinizaciones, los suelos fértiles, los micro climas locales, etc. se empiecen a modificar, llevando a los suelos y demás recursos naturales más allá de sus límites posibles.

Creemos que ciertos sectores de la sociedad mundial están tomando consciencia de la impertinencia del modelo industrial capitalista aplicado a la agricultura, que es también dependiente de los derivados del petróleo para hacerlos rendir. Modelo que ya no es funcional para suplir los alimentos que la población mundial demanda.

Hay que señalar que los precios al alza del petróleo inevitablemente incrementaran los costos de producción y los precios de los alimentos que han alcanzado un punto en el cual es difícil adquirirlos, por ejemplo, hoy un dólar sólo compra un 30% menos alimentos que hace un año, cifra signada en países de un lato desarrollo. Pero una persona en Nigeria, por ejemplo, gasta 73% de sus ingresos en alimentos, en Vietnam 65% y en Indonesia 50%. Esta crisis se agrava en la medida que la tierra agrícola destinadas para el cultivo semillas que ayuden a la producción de los biocombustibles, desplazan la producción destinada al consumo humano. Además en la medida que el cambio climático disminuye los rendimientos de la tierra, ya sea por las sequías o inundaciones, las áreas de producción agrícola se reducen proporcionalmente.

La expansión de tierras agrícolas para el cultivo de semillas para elaborar biocombustibles o cultivos transgénicos, alcanzan más de 120 millones de hectáreas, ello agravará los impactos ecológicos de monocultivos que continuamente desgastan a la naturaleza.

Además, la llamada agricultura industrial contribuye con más de un tercio de las emisiones globales de gases de invernadero con el uso de pesticidas y abonos químicos. Continuar con este sistema de producción degradante, como lo promueve la económico neoliberal, estamos ante umbral de un suicidio ecológico.

El desafío para la presente generación es el transformar y romper con el círculo vicioso de la agricultura industrial, iniciando una transición de los sistemas de agricultura industrial a formas viables de sustentación ecológica que no dependan del petróleo y sus derivados para abonar la tierra y evitar fomento de los biocombustibles. Lo que se requiere en el desarrollar tecnologías alternativas que aprovechen la energía solar, eólica y otras más.

Consideramos en la necesidad de rediseñar el sistema alimentario hacia formas más equitativas y viables para los propios agricultores y consumidores; se requiere de cambios radicales en las fuerzas interactúan en el mercado cambiando en algunos casos las dietas alimenticias y las formas de producir y distribuir los recursos alimentarios. Todo esfuerzo de dirigirse desde una perspectiva sustentable, articulando políticas económicas que determinan qué se produce, cómo, dónde y para quién produce la alimentación que demanda la población sin sacrificar la existencia de otras especies y los recursos naturales.

Ya hemos comprobado que el libre comercio sin control, es el principal mecanismo que está desplazando a los agricultores de sus tierras y es el principal obstáculo para lograr desarrollo y una seguridad alimentaria de los pueblos locales y de la población global.

Sólo desafiando el monopolio de las empresas multinacionales que ejercen el control sobre el sistema alimentario que auspician los gobiernos neoliberales, y racionalizando los hábitos de consumo se podrá detener el espiral de pobreza, hambre, migración rural y degradación ambiental.

El concepto de soberanía alimentaria sustentable, constituye la única vía alternativa al sistema alimentario en crisis, camino que sencillamente sería clave para solucionar el problema alimentario mundial. Consideramos que la soberanía alimentaria de los entornos o regiones muy locales de producción-consumo, deben ser organizadas en torno a la protección la tierra, el agua y la biodiversidad existente en esos lugares; recursos que durante muchos cientos de años las comunidades indígenas supieron proteger y usufructuar para la producción de sus propios alimentos con sus propios métodos agroecológicos.

Así mismo los consumidores de las grandes urbes mundiales deben alejarse y modificar sus hábitos alimenticios y consumir menos proteína animal, dejando paso al consumo de más frutas y legumbres.

Es un hecho que los agricultores que aplican la visión auto sostenible, en su mayoría agricultores pequeños, son más consientes en la protección de la biosfera y generan una producción mayor, que los monocultivos extensivos impulsados por la industria agrícola capitalista, los agricultores de la zonas indígenas con sus antiquísimas métodos y técnicas han reduciendo la erosión de la tierra y ayudan a conservar las áreas de biodiversidad. Sin caer en actitudes catastrofistas, pero el desafío que la humanidad enfrenta hoy es sin lugar a dudas la prevalencia de la especia humana, se necesita hacer una conciencia ambiental, para modificar muchos de los modelos de producción y consumo, principalmente de los países capitalistas. Erradicar la pobreza y el hambre mundial necesita una inversión económica sin precedentes. La velocidad con que se debe implementar este cambio debe ser muy rápida, junto a una voluntad política de los dueños del dinero y de los países poderosos, antes que el hambre y la inseguridad alimentaria alcancen proporciones impensables y desaten conflagraciones planetarias.

viernes, 18 de abril de 2008

Los agrocombustibles aumentarán el hambre de los colombianos

El problema ambiental puede agravarse

Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate a los ministros de Minas y de Agricultura sobre agrocombustibles, Comisión Quinta del Senado, 1º de abril de 2008.

Muy malo el crecimiento del agro. Se disparó el precio de los alimentos importados. Por revaluación, cafeteros pierden más de dos billones de pesos. En defensa de la comercialización de leche cruda. Mejor decir agrocombustibles que biocombustibles. Una política del imperio. Hay un gran debate a escala mundial. El impacto ambiental puede ser peor que el problema que se supone se quiere corregir. El encarecimiento de los alimentos le resta competitividad global a Colombia. Sin estudios se embarcó al país en un negocio que requiere subsidios gigantescos. Negocio de trasnacionales. Aumenta la concentración de la tierra. Crecientes riesgos de crisis. Los mayores precios de los alimentos también afectan a los colombianos. Muchas de las nuevas plantas no aparecen sino en el papel.


Empiezo haciendo mención de un par de asuntos que sería imperdonable no mencionar. Malo el balance del agro también el año pasado, señor ministro. Sus proyecciones de que el agro iba a crecer al 5% no le salieron ni de lejos. La economía creció tres veces lo que creció el sector, lo que significa que seguimos con un desastre agropecuario. Esto hay que señalarlo con todos los números, y eso que el café le ha dado la mano al agro, no por la acción del gobierno, sino por los buenos precios internacionales. Mejor: buenos no, menos malos. Realmente es desastrosa la situación del agro nacional y pésimo su crecimiento. En las condiciones que padece el sector, se van a necesitar mil años para salir de la miseria y la pobreza. La situación en parte tiene que ver con un hecho muy grave, que al gobierno le parece hasta bueno, que están disparadas las importaciones de productos agropecuarios. Pasaron de cerca de seis millones a más de ocho millones entre 2003 y 2007, es decir, aumentaron en más de dos millones doscientas mil toneladas, una barbaridad. Esa cifra se convierte en desempleo y mayor pobreza. En un país que tiene como política sustituir el trabajo nacional por el trabajo extranjero necesariamente les va muy mal a sus campesinos, a sus empresarios y a sus jornaleros.

Se disparó el precio de los alimentos importados

Cuando tramitábamos el TLC, el ministro Botero, hoy disfrutando en Washington de las mieles del Banco Mundial, nos decía que era bueno aprobarlo, porque los subsidios agrícolas de Estados Unidos se nos iban a convertir en comida barata. ¿Se acuerda, senador Serrano? La comida importada arruinaba el agro, pero era comida barata. Hoy ya ni siquiera es barata la comida. Entre el año pasado y este, las importaciones crecieron en 5%, pero los precios de las importaciones crecieron en 30%. Está disparado el precio de los alimentos de importación, cosa que se está convirtiendo también en hambre, no solo en las zonas rurales, sino también en las urbanas. Aquí enfrentamos un problema de extrema gravedad, el encarecimiento de los precios de los alimentos en Colombia y el mundo, y buena parte del presente debate va a dedicarse a examinarlo. El caso del trigo es escandaloso. Hace unos años se acabó el pan de $100. Bueno, le tocó el turno al pan de $200 y el pan más barato es el de $300. Están cerrando las panaderías, porque la gente no quiere comprar pan. Les parece, con toda justicia, demasiado caro.

Texto completo http://www.senadorrobledo.org/?q=node/279

martes, 8 de abril de 2008

Recordando a Jorge Eliécer Gaitán

Luis Buitrago

Después de 60 años, la Oración por la Paz tiene más vigencia que nunca.

Por Jorge Eliécer Gaitán

Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia.

Oración por la paz

Señor Presidente Mariano Ospina Pérez: Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria.

En todo el día de hoy, Excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de todas las latitudes —de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies— han llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades, para expresar la irrevocable decisión de defender sus derechos. Dos horas hace que la inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado sin embargo un solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están obligados a imponerla no la imponen.

Señor Presidente: Aquí no se oyen aplausos: ¡Solo se ven banderas negras que se agitan!

Señor Presidente: Vos que sois un hombre de universidad debéis comprender de lo que es capaz la disciplina de un partido, que logra contrariar las leyes de la psicología colectiva para recatar la emoción en un silencio, como el de esta inmensa muchedumbre. Bien comprendéis que un partido que logra esto, muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa.

Ninguna colectividad en el mundo ha dado una demostración superior a la presente. Pero si esta manifestación sucede, es porque hay algo grave, y no por triviales razones. Hay un partido de orden capaz de realizar este acto para evitar que la sangre siga derramándose y para que las leyes se cumplan, porque ellas son la expresión de la conciencia general. No me he engañado cuando he dicho que creo en la conciencia del pueblo, porque ese concepto ha sido ratificado ampliamente en esta demostración, donde los vítores y los aplausos desaparecen para que solo se escuche el rumor emocionado de los millares de banderas negras, que aquí se han traído para recordar a nuestros hombres villanamente asesinados.

Señor Presidente: Serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el espíritu de los ciudadanos que llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, para devolver al país la tranquilidad pública. ¡Todo depende ahora de vos! Quienes anegan en sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Esos espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad.

Amamos hondamente a esta nación y no queremos que nuestra barca victoriosa tenga que navegar sobre ríos de sangre hacia el puerto de su destino inexorable.

Señor Presidente: En esta ocasión no os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no transite por caminos que nos avergüencen ante propios y extraños. ¡Os pedimos hechos de paz y de civilización!

Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes. Somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. ¡Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia!

Impedid, señor, la violencia. Queremos la defensa de la vida humana, que es lo que puede pedir un pueblo. En vez de esta fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la capacidad de trabajo del pueblo para beneficio del progreso de Colombia.

Señor Presidente: Nuestra bandera está enlutada y esta silenciosa muchedumbre y este grito mudo de nuestros corazones solo os reclama: ¡que nos tratéis a nosotros, a nuestras madres, a nuestras esposas, a nuestros hijos y a nuestros bienes, como queráis que os traten a vos, a vuestra madre, a vuestra esposa, a vuestros hijos y a vuestros bienes!

Os decimos finalmente, Excelentísimo señor:

Bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio. ¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!

Jorge Eliécer Gaitán
7 de febrero de 1948 en la Manifestación del Silencio en la plaza Bolívar de Bogotá

Denuncia del T LC Canadá-Colombia Frente a la Oficina del Parlamentario Liberal Mario Silva

Mayo 6 - Protesta en Ottawa Contra el TLC Colombia Canadá -

Protesta por presencia del vicepresidente del gobierno colombiano en Toronto

Jornada del 6 de Marzo en Toronto